domingo, 19 de noviembre de 2017

Lo que provoca la discriminación

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Un libro que te hace relfexionar

Título de la obra: Los ojos del perro siberiano
Autor: Antonio Santa Ana
Editorial: Norma
Año de edición: 1998

Ciudad: Buenos Aires


Los ojos del perro siberiano es un gran libro con personajes muy bien definidos y una trama que se va volviendo más interesante conforme pasa la historia. El libro es un crítica a la discriminación hacia la gente con SIDA y busca crear conciencia contando la historia de un niño que descubre sus papás odian a su hermano Ezequiel por el hecho de tener SIDA. Solo falta analizar un poco el libro para poder descubrir todo lo que este representa. Este libro nos muestra una familia destruida no por la enfermedad o por la muerte de uno de ellos sino que se destruyó por el la constante discriminación hacia Ezequiel por contraer la enfermedad.


El libro es contado por el personaje principal 5 años después de que su hermano muriera. Empieza contándonos sobre su familia y después acerca de su amigo de la infancia Mariano. Nos cuenta que su hermano mayor Ezequiel se fue de la casa a los 18 años y que ese es su primer recuerdo. De ahí salta varios años después un día que Ezequiel fue a la casa y esto generó una pelea familiar donde mandan a nuestro personaje principal a su cuarto sin que este sepa que paso. El protagonista y Mariano descubrirán que Ezequiel se fue porque dejó embarazada a su novia y aunque el embarazo fue interrumpido el papá quería que se casara, pelearon y se fue. Aun así el protagonista iría a visitar a su hermano sin permiso de sus papás para averiguar que generó la pelea ese dia que Ezequiel vino y cuando le pregunto Ezequiel le respondió que tenía SIDA. Esto lo sorprendería mucho y se quedaría pensando acerca de esto pero poco a poco se va acercando a su hermano en contra de los deseos de sus padres. El protagonista vería como su familia discrimina a Ezequiel por tener SIDA y cuando Mariano se da cuenta de que Ezequiel tiene SIDA y que su amigo lo seguirá viendo rompe la amistad por miedo a infectarse. Los últimos deseos de Ezequiel es que cuiden a su perro pero su mamá no le gusta y se lo da a la abuela que si quiere a Ezequiel.


El libro quiere mostrar toda la discriminación que sufre la gente que tiene SIDA y cómo la gente en vez de preocuparse por ellos los ven con decepción. Solo dos personas acompañan a Ezequiel sabiendo que tiene SIDA, su hermano y su abuela, pero Ezequiel siente que solo por tener SIDA nadie lo ve igual, solo su perro Sacha lo ve con los mismos ojos. El protagonista a los 11 años no logra comprender porque hay tanto odio y decepción hacia su hermano que en los momentos más difíciles de su vida todo el mundo lo abandona. Para los papás de Ezequiel esta es una vergüenza tan grande que le dicen a la gente que morirá de leucemia. Aunque Ezequiel perdona a sus papás por cómo lo tratan, el personaje principal nunca los perdonó por eso. Al final de la historia el protagonista recuerda a su hermano como un buen músico, un buen aconsejante, una buena persona, un gran lector y un ejemplo de vida. Los papás de Ezequiel ni siquiera están con él cuando muere lo que nos dice que para ellos el que Ezequiel tenga SIDA es algo más importante que el sea su hijo.


Es un muy buen libro que gracias a que es del punto de vista de un niño de 11 años empezamos con un punto de vista infantil fácilmente influenciable por la sociedad pero el libro nos va mostrando poco a poco lo absurdo de la discriminación. También podemos ver como esta discriminación sin justificación va pasando de generación en generación a menos que la gente tome conciencia. Algo que el libro quiere que veamos es como la gente se le olvida que esto es una enfermedad y empieza a alejarse de estas personas incluso cuando estas se están muriendo. Al ponernos en los zapatos del hermano menor de alguien con SIDA nos ayuda a sentir empatía y podemos ver que las familias y las personas sufren más por la discriminación que por la enfermedad. Invita a tomar conciencia y a generar empatía contando una muy buena historia.


Referencias
Santa Ana, A., (1998), Ojos del perro siberiano, Argentina, Buenos Aires, Norma



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